Hace especial ilusión conocer a los niños que conocemos siendo bebés y ver como crecen y cambian cuando vuelven a contar con nosotros para otra sesión.
A Libe la conocí hace un par de años el día de su bautizo y todavía recuerdo que sus preciosos, grandes y oscuros ojos me llamaron la atención. Hoy en día me pasa lo mismo y creo que en las fotos que os dejaremos aquí, vosotros mismos podréis apreciar como os cautiva con solo su mirada.